TILO



TILO

Y volví mi mirada como los girasoles girando hacia el sol...

Todo era nuevo respirando tu aire, riendo la vida, siguiendo tu senda en paralelo pero nunca cruzándola, ni cortándote el paso, robándote el sueño.

Y tuve envidia del tilo y sus ramas, todas cuidadas por ti, siendo parte de tu vida como a veces me gustaría serlo yo, acariciar tu rostro con las hojas, y protegerte de la lluvia de tus ojos si algún día fuese necesario, que pudieses abrazarte a mi, que captases mi energía, fuerte y amorosa.

Como un gran tilo, con una buena sombra en las siestas del ardoroso verano, un hermoso abanico meciendo su aire por tu cuerpo, acercándote su olor, tiñéndote los ojos de verde, y reposando mi cara junto a sus raíces.