QUE NO TE ROCE NI EL AIRE


QUE NO TE ROCE NI EL AIRE

Si apareciese la hora del olvido, te recogería tu maleta de indiferencia y te la llenaría de amor, para que regresaras a mi después de dejarla vacía por la vida, porque yo te estaría esperando para llenártela de nuevo con mis sueños y mis besos, y de todo el amor que te pertenece.

Si pudieses acariciar mi vida como acaricias mi cabello, la sentirías llena de ti, de tus miradas en la noche, de caricias en mi pecho entregado a ti sin limites, de mis abrazos dados en la oscuridad de mi alcoba, junto a la ventana donde veo aparecer la luna, que al encontrarme desnuda y ya dormida me manda su luz de plata para cubrirme, ata al viento mis sonrisas con el raso azul del cielo, y se enrojecen tus besos al rozarse con mis labios pálidos por tu ausencia.

Si aparecieran solo tus miradas perdidas, sin guía de las mías, buscándome en las calles de tu olvido, allí las encontrarías, brillantes mis ojos al reconocer tus miradas que siempre han sido mías, besaría tus ojos hasta perderme en ellos y después amarte.

Si un día pasara por tu lado y, no reconocieses ni mi cara ni mi cuerpo, si eso pasara amor, déjame tu aliento que me de vida, déjame seguir a tu lado, cuidarte aunque no me quieras, sentir tus palabras amorosas aunque no sean para mi, y después regálame uno de tus suspiros amor, moriré feliz siendo tuya, y, siendo que es el ultimo mío, porque ya sabes lo que quiero.

Que no te roce ni el aire Amor... que no te roce.