Llegue sin la nada de un adiós, de una despedida por ti dicha, con las maletas llenas de ropa, y el corazón vació de susurros.
Lastima no escribir lo que sentí en esos momentos, lo sentido aquí dentro de mi queda pero, esos momentos donde todas las sensaciones eran tan frescas y cercanas ahora no soy capaz de cáptalas, me siento como perdida en los recuerdos, perdida en esa sensación de placer que inundo mi cuerpo en aquellos momentos, dejando grabado en mi piel tu olor tan amado por mí, como el resto de tu presencia.
A ti regrese cada noche sin tu saberlo, no es bastante grande el mar que nos separa, no es impedimento para que mi alma vuele atenta al baile de las gaviotas, y el acantilado vele mi sueño, esperando entre la bruma de unos brazos apasionados, y el olvido de unos besos en la madrugada.
Miro hacia atrás y llega una gran avalancha de sensaciones y recuerdo...
Una inmensa humedad con solo recordarte me recorre el cuerpo, un calor que siento con un te quiero dicho en un tono susurrante, mi sol y mi agonía al perderte, mi cuerpo anhelante de ti, de todo tu.