Llámame con palabras silenciosas, que solo yo las oiga, y me lleguen a través de la marea, cuando todos se hayan marchado, en esos momentos que solo soy tuya.
Llámame cuando estés solo, y nadie entre en tus pensamientos, y otras vidas no te acaricien, y mis besos no te incomoden.
Llámame cuando estén a oscuras tus ojos y nadie sepa guiarte, el miedo sea tu compañero y yo como la muerte pueda dormir a tu lado.
Llámame cuando tus brazos solo abracen al viento frío del invierno, aun siendo primavera, en la soledad de la vida, entre carencias de besos, y miradas del otro lado.