NO DIGAS JAMÁS...
QUIERO...
CÓMO ME GUSTARÍA
COMO LA NUEZ MOSCADA
TU CORAZÓN DESNUDO
SOLO PARA TI
TODO FUE UN SENTIR...
A MÌ ME GUSTABA RESPIRAR SU ALIENTO
A mí me gustaba respirar su aliento, y pasear por su vida llena de retazos tristes, consolarle de sus noches sin sueños, y mañanas sin futuro.
Me gustaba sonreírle a escondidas, entre los visillos de sus pestañas, y sus labios temblorosos, pálidos de desalientos continuos, y vida sin haber sido feliz jamás.
Me gustaba su seriedad en su cara de niño infeliz, y a veces, cuando sonreía, a mí me resbalaban las lagrimas de su felicidad y la mía juntas, y pensaba en el momento que vivía, y soñaba con un mañana mejor, pero eso nunca sucedió… a su lado.
PASEANTE
PERFILES...
Saboreo el perfil de tus labios
embriagándome de las aristas de tu aroma,
me adhiero al circulo de tu boca
que altera, rompe y rasga la mitad de mi…
Pasión irracional que absorbe lo imaginario
sumándome al teorema de tu piel,
a la variable de tus costados.
… Y adicionados al rectángulo de tu cama
se resuelve esa ecuación de incógnitas
que acaricia los laterales de nuestras ganas,
curvándonos en un deseo infinito
uniendo dos cuerpos ardientes en uno,
en la intersección de tus piernas,
en el envés de mis suspiros,
combinación perfecta,
que me lleva a ti…
Amanteceres
ME HACE FALTA...
RECUÉRDAME
LA ENTREGA
LA ENTREGA
QUE NO TE ROCE NI EL AIRE
ÁTAME
Átame con tu mirada, cerca de tus sentimientos, cuando tú quieres amarme, cuando decides hacerlo...
Átame sobre tu pecho, con mi corazón vencido, de esperanzas susurrantes, de mil inviernos vividos, lejos de las primaveras, que en otro tiempo tuvimos, y que espero cada noche, en tus ensueños fingidos.
Átame en tu cintura, a diez centímetros del cielo, con mis brazos en tu cuello, con mis piernas de castigo, para que nunca te escapes, donde nacen mis fluidos, desecha entre tus manos, cuando piso el paraíso.
Átame allí mismito, cuando te mueres henchido, cuando me apartas despacio, quedándote allí dormido, y queda toda una vida… para volver a fundirnos.
NO TE ENTRETENGAS
EL MEJOR...
POR SI LA VIDA TE ENVUELVE
DÉJAME
¿Cómo olvidar los abrazos soñados? Y las miradas imaginadas, y tu voz en mi cuerpo, tus sueños penetrando los míos, y tu sabor en mis labios.
Déjame buscarte entre los recuerdos tristes de tu niñez, allí te enseñare a querer, seré tu madre ausente, tu hermana deseada, tu novia perdida, tu amor soñado.
Déjame ser todo eso, y no pienses en el ayer que hizo de ti un rebelde cazador, un ser vagando en su soledad elegida, déjame arrullarte con el arrullo de los pájaros, y mimarte como al niño que llevas dentro, como se que te gusta.
Déjame entregarte todo, sentir que vivo en tus sueños, pero no te vayas amor, porque te necesito viviendo en mis valles, acariciada por la brisa de tus suspiros, despertada con tus besos, y soñada cada día por tus manos.
ME ENCONTRÓ LA NOCHE
Capricho...
Allí estaba la ocasión, me esperaba en su casa, cumplía todos los requisitos, camisa de un blanco impoluto y una sonrisa que invitaba a imaginar…
Me encaminé hacia él, en silencio, sigilosa, como una fiera acecha a su presa, afilando sus colmillos, relamiéndose antes de tiempo del anhelado festín…
Cuando lo tuve frente a mi nos miramos, ninguno de los dos pronunció palabra, mis manos se dirigieron hacia su pecho, pero de repente y sin saber muy bien el porqué, las ansias y la premura por devorarlo adquirieron su total y más compleja dualidad cuando, al tocarlo, sentí la calidez de su cuerpo, la necesidad por acariciarlo, por sentir su pasión, de poseerlo pausada y lentamente. Esa sensación alteró mis ganas, convirtiéndose en el más inminente de mis deseos.
Mis dedos se deslizaron por la fina tela , hasta llegar al primero de sus botones, entonces, como si se tratara de un ritual, me inicié a desabrocharlos con suma delicadeza, hasta que su torso quedó al descubierto, mi boca comenzó a recorrerlo cubriendo su torso de suaves besos, mientras que mis manos se colaban por sus costados hasta alcanzar sus hombros, eché hacia atrás su camisa sin llegar a quitarla del todo. Seguíamos en silencio, nuestros labios se encontraban a escasos centímetros el uno del otro, las respiraciones se mezclaban dulcemente haciendo más difícil aun el aguantar la inercia de fundirnos en un beso, de un impulso me giré hacia su espalda, pegando completamente mi cuerpo al suyo, mis manos se aferraron a sus caderas, apretándolo con fuerza contra mí. El calor de mi aliento se estrellaba en su nuca, mi boca mordía delicadamente su cuello, mi lengua jugaba con el lóbulo de su oreja, su piel se estremeció, el calor de la carne y la excitación de ambos emanaban entre gemidos y susurros de placer… Retiré su camisa por completo y lo sugerí que permaneciera inmóvil por unos instantes. En un nuevo aviso le pedí que se diera la vuelta, al volverse se sorprendió gratamente, la expresión de su cara lo delató al ver toda mi ropa tirada en el suelo,yo, solo llevaba puesta su camisa... Lo miré con avidez mientras le hacia una sutil sugerencia:
-Ven… Hazme el amor o fóllame, haz conmigo lo que te apetezca, pero con una condición, hoy somos tres… Tú, yo y tu camisa… Esbozando una sonrisa maliciosa añadió: -Contigo lo quiero absolutamente todo… Hoy mandas tú. ¡Caprichosa…!
Lo que aconteció después lo dejo a la imaginación o "capricho" de todos vosotros….
LLÀMAME CON PALABRAS SILENCIOSAS
TÓCAME...
Tócame...
Por la mañana cuando la noche aun este presente.
Tócame...
Como a una niña que nunca tuvo suficiente amor.
Tócame...
Entre la multitud,
Tócame...
Cuando lo pido.
Tócame...
Con tus labios.
Tócame...
Suavemente porque soy frágil.
TODO LO PROHIBIDO
A mi me gustaba todo lo prohibido, me gustaban los besos con lengua, y su mano en mi escote, me gustaba el banco de granito del parque, no importaba el frío del invierno, por que allí sentía todo menos eso.
Me gustaba la noche oscura, las miradas insolentes, la sonrisa enigmática, y siempre el ardor en el cuerpo, viviendo cada emoción, sin que nadie me aparte de mi sentir.
Me gustaba que mi pelo se enredaba en unas manos húmedas, en un aliento caliente, mi cuello ardía en deseos de sentir su lengua paseando por el, y me dejaba caer en una noche que no me pertenecía, y en unos sueños que solo eran míos.
LA NIEBLA
Te he perdido en las sombras, al final, cuando gimiendo pronunciaba tu nombre, cuando el deseo era lo único que sentía, cuando el amor era lo que me quedaba, cuando a mí llegaba la locura...
Te he llamado desde mi interior deseando más que nunca que te quedases, y ya no has sentido mi presencia, cuando ya nada a mí me importaba, cuando no sentía mas calor que el de tu aliento, cuando no oía mas canción que tus palabras, me he sentido ciega sin tu mirada, porque ya no estabas.
Quiero sentir que la niebla se desvanece, porque si no estas no necesito perderme, quiero saber si regresaras cuando aun no has salido de mí.