Libre sexualidad… ¿Hasta dónde?


Quien me lee hace tiempo sabe que en cuanto a las elecciones sexuales no tengo rollos, creo tener la cabeza abierta y capacidad de aceptar las elecciones o decisiones de otros, siempre en un marco de legalidad, obvio está.

Dije, digo y sostengo que debemos tomar la sexualidad con cada uno/a como eje, ajena a manuales, libros, historia, decisiones familiares o costumbres sociales. En ese eje acuerdo con las fantasías, la masturbación, los tríos o grupos sexuales, la sexualidad, el amor y las parejas entre personas del mismo sexo… Hay cosas con las que definitivamente no negocio, supongo que ustedes tampoco, y son aquellas en que la decisión es unilateral, léase: la zoofilia, la pedofilia; para quien creo que más allá de ser un modelo repetido, una forma de vida aprendida y hasta una víctima, debería caber el aislamiento definitivo ante la primera señal. (Si les interesa podemos ahondar en este aberrante flagelo)

Valoro, apoyo y practico la comunicación familiar para una sexualidad libre. Cierto es que muchas/os de nosotros no tuvimos esa suerte, generaciones de 30 años para arriba, y estoy siendo dadivosa, no hemos tenido la posibilidad de hablar en la escuela, y mucho menos en nuestras casas sobre sexualidad.

Ahora, el punto es ¿hasta dónde?. Nosotras/os que no somos expertos, sabemos y ¡lo sufrimos!, que para ser mujer, madre, padre, hombre y encima un bicho sexualmente instintivo no hay manuales… ¿Cómo enseñamos la sexualidad libre a nuestros/as hijos/as?

El disparador de esta entrada fue un diálogo con mi hijo de 15 años que me dejó con la mandíbula por el piso y los ojos saltados cual fotografía de “The mask”

Transcribo:

-“Má, ¿cómo se le dice a una chica que no querés sexo con ella?”

-... (Largo silencio tratando de acomodar mi cabeza)

- Se le dice que no, supongo

-“No entiende y me persigue”

-¿Está enamorada de vos? (pregunta idiota si las hay, ¡antigua!)

-“No, má lo hace con varios, es linda pero así no da”

La “chica” en cuestión tiene 14 años!!! Por favor… ¿Dónde están esos padres? Entiendo por sexualidad libre: la elección, el derecho al orgasmo (que por años las mujeres no tuvimos), el reconocer, ser dueñas y disfrutar nuestro cuerpo, pero como dijo mi hijo: “así, NO”

Tomé conocimiento del “me persigue”. Él realmente estaba sufriendo el acoso de esta criatura que para colmo, es un solazo de nena, una belleza por donde se la mire.

No soy una moralista, mucho menos pacata, pero definitivamente ASÍ NO. Aunque cueste debemos poner el ojo y las palabras crudas en la sexualidad y la parada social de nuestros hijos e hijas. que libres no es mandarlos al mundo… a que les rompan el alma.

No es extraño pensar que detrás de este: “me los volteo a todos”, que parece decir esta nena, puede haber una tremenda carencia afectiva que termine dañando seriamente no solo la sexualidad sino la vida de esta y otras personitas… criadas por padres libres, de mentes abiertas. Tanto… que se nos escape la liebre.