¡Felicidades!



Hace unos días pensaba en la cantidad de mensajes con deseos de paz, amor y otras yerbas que llegan a mi bandeja de entrada. Con esta manía de 'leer bajo las piedras' (según mi mamá), me puse a pensar cuánto de real y sentido tienen esos mensajes. ¿Quien los siente realmente? ¿Se desea solo en esta ocasión, navideña? ¿Cuánto hacemos por la paz y el amor del otro, realmente y durante toda nuestra existencia? Acaso no estamos cada día más cerrados a intereses, necesidades, deseos y reclamos personales, tan individualistas que nos transformamos en seres absolutamente egoístas al punto de llegar a lastimar de tanta insensibilidad... Encapsulados en nuestras propias necesidades que nos aprisionan y en ocasiones hasta condenan porque de tan insatisfechos e inseguros destruimos nuestros pequeños logros.

No se, por ahí está bueno ponerse a reflexionar para desear cosas buenas, pero creo que primero: No tenemos que olvidarnos qué desea y necesita el otro... no desear nuestros deseos. y segundo, si realmente es tiempo de reflexionar, de humanizarnos... aunque sea por un día, reflexionemos en serio y no para la platea.

Todavía no se qué quiero... o de tanto que quiero no puedo priorizar en este momento... Ustedes: ¿Qué quieren, sienten o desean?