AUN OLIAMOS A NOCHE...
Aun olíamos a noche y a sudor, la noche había sido calurosa, y la brisa no acababa de saciar el sueño.
Me levante con el bochorno de la madrugada, me asome a ver si había salido el sol que aun era el único que permanecía dormido, espere, hice unos fotos y volví a la cama.
Allí los brazos de mi amor me esperaban temblando en el deseo, y yo deseaba volver al sueño que había abandonado unos minutos antes, pero no pudo ser…
El se adueño de mi calor, de mi sueño y los hizo suyos, me recorrió toda, dejo su aliento en mi pecho, y sus manos se enrollaron el la redondez de mi cintura que perezosa, empezaba a despertar pidiendo mas.
No hizo falta esperar llegadas de nada, el deseo ya estaba acompañándonos, y el alba anunciaba su llegada sin prisas, igual que nosotros, que ya no tuvimos que retener nuestros instintos, sus manos y las mías se perdieron en lo oscuro, y el amor surgió a borbotones.
Se marcho el alba, y el tiempo fue nuestro, mi cuerpo se refresco con su lengua, y mis gemidos salieron al tiempo que el viento de lebeche hacia su entrada.
El amor vendrá mañana. Hoy es otro día, si llega a la hora de la siesta estaré preparada y despierta, si no llega…me envolveré con la noche, y la luna esperara junto a mi almohada.