Si piensan que estoy en unos de esos días de sensiblera y cursi… si, lo estoy ¿y? Soy capaz de darme esos permisos y muchos otros que, de saberlo, se sorprenderían! Antes de ir al punto de la entrada de hoy quiero decirles que jamás pensé que aprendería tanto de ustedes, de todos… desde historia, música, palabras que no sabía que existían, modismos, diversas culturas… todo, mucho! Y ahora si…
Por los días grises, por los oscuros, por esos donde el otoño deshojaba mi alma o el invierno congelaba mi corazón… Ustedes, tal vez sin saberlo, ahí siempre con un mensaje que me llegaba, me hacía pensar, reflexionar y sobre todo sentir que estaban. Casi nadie me conoce, casi nadie sabe de mí, solo deseo contarles muy por encima que mi vida no ha sido fácil últimamente, que estuve a punto de bajar los brazos, que fui cobarde por primera vez en la vida… pero fue lo que me salió ser, no me justifico ni me culpo, me pasó. Y como dije antes, muchos de ustedes o todos estuvieron ahí para darme el valor que me hacía falta o la palabra precisa. Por eso, hoy llamé a un viejo amigo a quien recurro cuando tengo que decirle algo a gente que realmente vale la pena y así, entre los dos… este humilde homenaje que quiere decir Gracias!... A todos y todas.
Gente necesaria...
Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que con solo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.”
(Hamlet Lima Quintana)
Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que con solo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.”
(Hamlet Lima Quintana)