Convengamos que el sexo, y sobre todo en la pareja, no es siempre color de rosa. En ocasiones sentimos “inconfesables” insatisfacciones o fantasías desmedidas. Cierto es que la comunicación lo es todo, pero no menos cierto que no siempre se puede…
Hablando con varias mujeres que, por su apariencia exterior, parecían candidatas poco probables para aventuras extramatrimoniales (y dale los con estereotipos ). Aunque estas mujeres no querían terminar sus matrimonios, todas hablaban de sentimientos de desasosiego y una vaga insatisfacción. Un tema recurrente era el que se centraba en “sólo querer un poco más de experiencia antes de morir”
Andrea, un ama de casa de 35 años se animó y dijo:
“Francamente me casé cuando era muy joven, y no tenía casi experiencia sexual. Veía que todas mis amigas se divorciaban y salían con otros hombres, quise probarlo también. Quería la experiencia pero no quería el divorcio. No quería envejecer, perder mi imagen y recordar con lamentos que no había tenido amantes. Quería escuchar las campanas. Puede sonar estúpido, pero así era como me sentía.
Tenía muchas fantasías sexuales. Cuando lo intenté, me pareció decepcionante, no porque me sintiera culpable, porque no lo estaba. Lo que pasaba era que conocí a un hombre joven y quedé completamente enganchada con el sexo. Era muy apasionado y tenía mucha resistencia. Me hacía sentir viva. Pero mi joven se volvió descuidado y comenzó a llamarme. Le dije que no quería que mi marido se enterara. Se comportó normal, fue y conoció a otra. Después de unos meses me rechazó. Me deprimí, y me asusté por la forma en que ponía en peligro mi casa y vida, así que paré. Pienso que mi esposo no se dio cuenta porque no quiso darse cuenta; hubo un par de noches en que no volví a casa hasta las cuatro de la mañana. No sé qué pensó, pero aceptó mis explicaciones”
¿Qué otros aspectos creen que complica o deteriora la insatisfacción sexual?
Parte de la Fuente: Investigaciones de Carter y Sokol