Sexo e insultos II


Habíamos quedado en que no existen las malas palabras ¿sí?. Y a pedido del público (¡Siempre quise decir esa frase!) va hoy la entrada relacionada con las palabras o frases que utilizamos durante una relación sexual. Esas que nos sacan de la biblioteca y desnudan nuestros instintos animales… ¡Nos sale el barrio!

Creo que cuando se trata de una relación de pareja y la verdad que para mí es la única forma, sin amor, sin sentimientos… no hay sexo. Salvo, claro está, ese sexo personal que es, de todas maneras, una demostración de amor…, propio. Y que está bueno porque es darnos permiso para hacer el amor con quien se nos canta… ¿no?

Y como todo, también las frases referidas a lo sexual tienen que ver con el contexto. No es lo mismo que un albañil desde un andamio te grite “En esas tetas me quedo a vivir, mamita” a que te lo diga el morocho de tus sueños en un momento de intimidad. Lo del albañil no significa nada, no puedo excitar, provocar ni seducir, como mucho te saca una sonrisa.

Otra típica es “te parto en cuatro, putita mía”. Dicha así suena fría, vulgar, una frase para olvidar… ahora, si es dicha en un momento de elevada excitación, con roces, besos, manos y piernas deslizándose… la cosa cambia y podría lograr la explosión de sentires de más de una recatada damita.

Confieso que me gusta lo vulgar a la hora del sexo, si es un poquito salvaje mejor… Si no utiliza frases, alguito de escándalo también cabe. Gemidos subidos de tono, insultos como “no podés… hdp!”, “perra”, “más, más...yegua!” y esas cosas. Porque convengamos… no hay nada más aburrido que un señor al que tenés que preguntarle si ya está, de tan inexpresivo no sabés si está vivo o muerto…

Como este mundo bloggero es una construcción colectiva… ahora les toca a ustedes… ¿A ver quién se anima? Recuerden que varias/os lo pidieron eh!