Mauricio

Di muchas vueltas pensando en el título de este post, deseaba que fuera significativo, fuerte… y no encontré otro más que el que definitivamente le puse..

Otra vez no hablaré de sexualidad porque no hay sexo (todavía!), tampoco de erotismo porque en esta historia que voy a contar el erotismo se debe encontrar en Kamchatka y no por el horror o porque sea uno de los sitios mencionados por donde, en teoría, llegó el hombre a América (o sí). Me estoy enredando y lo se, pero saben qué? No me importa… En realidad la referencia era porque en este relato el erotismo está más o menos a la misma distancia que esa península de mí.

Siguiendo con el asunto debo avisar que, de alguna manera, me desnudaré “virtualmente” y tampoco me importa porque para ser sincera… he pasado por otros desnudos más vergonzantes o inútiles y no por la situación sino por el resultado obtenido luego del acto. Razones más que suficientes para haber optado en los últimos años a desnudarme solo para la ducha y dormir… En fin.

La cosa pasa por otro lado y mejor dejo de delirar o no me leerá ni mi madre (ruego que así sea!). Recuerdan que hace unos días debí someterme a una intervención quirúrgica?, No conté muchos detalles pero la verdad que llegué en muy mal estado a esa situación, la sufrí (con mayor gravedad) desde un viernes hasta un miércoles que por fin me operaron y lo demás fue rápido… El alta, el post y demás cuestiones… todo bien.

Del momento preciso solo recuerdo unos ojazos negros, una cara cubierta con barbijo y una voz con tonada cordobesa que dijo: “tranquila, vas a estar bien”. Pasada la operación y despierta de los efectos de la anestesia me visita el dueño de “la voz”; el cirujano que me operó para darme las indicaciones del caso, recomendaciones y esas cosas acostumbradas. No lo noté, pero las visitas se repetían a los largo del día, de las noches y la última previa al alta se extendió hasta altas horas de la madrugada. Hablamos de todo… pasando por música, actividades, vidas, literatura, rutinas, familias… todo cargado de un enorme placer de compartir esas charlas.

A la mañana siguiente Mauricio, mi cirujano me dio el alta, otras recomendaciones y me pidió el teléfono al tiempo que me daba el suyo… A la semana debía regresar para el control de rutina pero a la hora ya estábamos smseándonos, por las noches hablando largas horas por teléfono y la comunicación no se interrumpió nunca, cada día era más profunda, más cálida, más cercana… placentera.

El martes fui por el alta (que no me dio quedando para este martes que viene) y justo ese día él debía viajar a Córdoba para rendir un post título de su especialización. Me cacho pensé, justo que nos encontramos, pero bueh… siempre es por algo y todo el tiempo nos estamos diciendo, “vayamos despacio”… No hemos dejado de comunicarnos un solo día, espero ansiosa este martes y por supuesto a Mauricio.

Ahora, analicen conmigo la situación… Quirófano, totalmente desnuda, antipático gorro que escondía mi larga y cuidada cabellera, entubada, anestesiada… ¿qué vio este hombre en mí???? Si después de casi 4 años de estar separada y sola vengo a descubrir que la seducción no pasa por un escote que muestre mis atributos, por un jean que resalte el largo de mis piernas, por un cabello y manos cuidadas… ¡hubiera salido a la calle anestesiada y entubada cada día de mi vida!!! Jajajajaja No, en realidad con tantos proyectos y ocupaciones no tenía previsto involucrarme afectivamente con nadie y de alguna manera lo poco que andaba en la calle era con anteojeras que me impedían notar o ver algo parecido al sexo masculino que se me cruzara. Sin enojo ni a propósito… solo porque mi cabeza estaba en otra parte…

Otro aspecto importante y que seguramente será motivo de consulta en terapia es ¿qué hago con mis complejos ahora? Mira la liviandad de este tipo para pasar por alto el detestable (para mí) ancho de mis caderas o el pequeño pliegue que se me hace justo al borde del bretel del brass o que el blanco de mis axilas contrasta demasiado con el resto de la tonalidad de mi cuerpo… ¿se dan cuenta de lo tremendo de esta situación?

Ni se les ocurra preguntarme porque les conté todo esto… desde ya les aviso que no tengo la menor idea.

Además del título tampoco pude encontrar una imagen que dé significado a la ilusión, supongo que un amanecer en el horizonte (Foto de Sebastián Nieto) es la más apropiada… ahí estoy yo y está Mauricio… No se qué pasará, no se si durará una semana o dos días, no se si llegaré a tocarlo o tocarme pero lo vivido desde el 16 de septiembre hasta hace 10 minutos que acabo de cortar una comunicación telefónica con él merece celebrarse y disfrutarlo a pleno…