En las fantasías sexuales, nunca duele nada, nada lastima o irrita, nadie está ansioso, nadie está cansado, no hay dolores menstruales, extraños virus o miedos al embarazo, nunca sucede nada malo y todo se ajusta a la perfección; en las fantasías sexuales, las erecciones funcionan, los orgasmos son fáciles, el deseo está siempre presente, los métodos anticonceptivos no interfieren con las espontaneidad y los cuerpos se fusionan.
En la práctica sexual, no siempre ocurre de este modo.
Del libro: "Lo que realmente pasa en la alcoba" Steven Carter -Julia Sokol