Llámame en la mañana que te hace llegar la luz para volver a olvidarme, que te hace llegar el calor del sol en vez de mis brazos, que ya tienes olvidados.
Llámame el la locura de tu soledad que jamás me dices, y que se que te abruma, que te desvela, que de susurra mi nombre.
Llámame cuando ya hayas olvidado tus noches de juventud, y no tengas nombres en el recuerdo, y solo percibas mi amor a trabes de letras inseguras y que sueñes que aun son tuyas.
Llámame cuando tu voz solo sea un suspiro, nadie te escuche, y a mi me tengas como siempre detrás de la luna.