Tus manos, transubstancian mi carne trémula en caricias en el dulce preludio del deseo que desnudas sin tocar mi ropa.
En perfecta comunión de besos húmedos tus brazos se refugian en mi vientre ávido de tu olor que me encadena al lenguaje de tu sexo.
Desnuda de tu vino giro en la concupiscencia de la melodía de tu cuerpo sediento de mí sudor, me respiras la voz en la dulce agonía del encuentro.
Eres el fuego que aviva mis ansias esculpiendo aleluyas en mi piel con el roce de tus llamas, escarbas en mi Alma de mujer y me tejes a tus ganas.
Soy la flor de tus pasiones que florece en el jardín de tus fantasías, provocando eternas primaveras en las callejuelas de tus sueños.
Eres la esencia que estalla en los secretos de mis amaneceres, resucitas mi lujuria a golpe de latidos en el borde de mis labios y al abrigo del cielo de tu boca.
Omnipotente ondulas la pasión que delata la querencia hacia tu cama, para convertirme en la esclava de tus sabanas y de mi vicio.
Inconmensurable es la espera que desespera todos los matices del deseo, acelera corazones y enerva el Alma…