Dime muy bajito cuales son los antojos de tu cama, para desatar lentamente los susurros del pudor, enredándome en tus dedos, atándome a tu vicio en la vereda de tus sábanas.
Y buscar en la penumbra tu mirada felina, esa que me desarma, que imaginando tu cuerpo pegado al mío se rebelan mis ganas; quiero que apartes mi pelo para sentir tu suave aliento en mi nuca,
que poco a poco me atrapes entre besos que quemen y mojen mis labios, fotografiando el olor y el sabor de lo prohibido dándome a beber el agua de tu boca,
recorriéndome entera entre suspiros, descubriendo la forma y el relieve de mis pechos, lamiendo mis pezones erectos que miran temblorosos al cielo de tus pasiones,
desgarrando el deseo al límite en la lujuria que emana mi blanca desnudez. Busca un atajo y ponle cura a estos sentidos que se clavan en mi abismo,
con tus manos deslízame hasta tu sexo penetrándome con ansias, que nuestros cuerpos pasen a otra dimensión fundiéndose en la avidez de este placer,
sacrifícame en tu rabia, en tu gozo infinito, en tu agonía y en tu fe, guárdarme en el misterio hecho de abrazo de constelación furtiva,
para cuando me lluevas en mi vientre tus gotas brillantes me harán presa encadenándome a tu ser.
Y buscar en la penumbra tu mirada felina, esa que me desarma, que imaginando tu cuerpo pegado al mío se rebelan mis ganas; quiero que apartes mi pelo para sentir tu suave aliento en mi nuca,
que poco a poco me atrapes entre besos que quemen y mojen mis labios, fotografiando el olor y el sabor de lo prohibido dándome a beber el agua de tu boca,
recorriéndome entera entre suspiros, descubriendo la forma y el relieve de mis pechos, lamiendo mis pezones erectos que miran temblorosos al cielo de tus pasiones,
desgarrando el deseo al límite en la lujuria que emana mi blanca desnudez. Busca un atajo y ponle cura a estos sentidos que se clavan en mi abismo,
con tus manos deslízame hasta tu sexo penetrándome con ansias, que nuestros cuerpos pasen a otra dimensión fundiéndose en la avidez de este placer,
sacrifícame en tu rabia, en tu gozo infinito, en tu agonía y en tu fe, guárdarme en el misterio hecho de abrazo de constelación furtiva,
para cuando me lluevas en mi vientre tus gotas brillantes me harán presa encadenándome a tu ser.
Y me cobijo vulnerable a los poros de tu piel, conversa a las marcas de tu Alma…
Amanteceres